Con la sala relativamente silenciosa, Andy Bloch estalla en una carcajada estridente, casi maniática, en una mesa lejana cerca del balcón, haciendo que todos miren hacia él. John Juanda también se reía en la misma mesa, aunque, como era su estilo, casi en silencio.
Contamos con alguien que lo está revisando para ver qué fue tan gracioso.